La inflamación en la próstata es uno de los problemas urológicos más comunes en hombres de cualquier edad. Las bacterias y los virus predominan entre las causas de la inflamación en la próstata.
¿Qué es la prostatitis bacteriana?
Actualmente, se distinguen varias formas de prostatitis bacteriana en la clasificación:
- Inflamación aguda de la próstata.La principal característica de la enfermedad es la gravedad de las manifestaciones clínicas y las quejas del paciente, así como las desviaciones en las pruebas de laboratorio. Pero a pesar de la forma aguda, el pronóstico es favorable. En la mayoría de los casos, la recuperación completa es posible. Por supuesto, solo con un diagnóstico y tratamiento correctos. Y con la prevención, es posible que la enfermedad ya no se recuerde a sí misma.
- Forma subaguda.Ocurre cuando, en el contexto de manifestaciones de una enfermedad aguda, el paciente recurre a la automedicación o inicialmente no completa completamente el curso de medicación prescrito. En ciertas situaciones, esta puede ser una táctica de tratamiento inicialmente incorrecta. Como resultado, una parte importante de los síntomas desaparece gradualmente, pero algunas manifestaciones (trastornos urinarios, deterioro de la función sexual, molestias en el área genital) pueden persistir y causar molestias. Si no se toma a tiempo, la enfermedad se vuelve crónica con exacerbaciones frecuentes. Dependiendo de las características de la infección, también es posible el desarrollo inicial de una forma subaguda de la enfermedad.
- Tipo crónico de enfermedad.Casi siempre, la prostatitis crónica es una enfermedad desatendida, no tratada o mal tratada. La mayoría de los síntomas traen constantemente molestias tangibles. Cualquier condición desfavorable provoca rápidamente una exacerbación con un deterioro de la condición.
Prostatitis bacteriana aguda
La enfermedad siempre comienza de forma aguda y se desarrolla rápidamente. Inicialmente se produce una reacción general de temperatura, que suele alcanzar valores superiores a los 38, 5 grados. Casi de inmediato, se producen trastornos disúricos (micción frecuente y difícil en pequeñas porciones, urgencia imperiosa (repentina) de orinar, debilitamiento del chorro de orina y, a veces, hasta la retención completa de la micción).
Un síntoma muy importante es el dolor en el perineo, en la ingle, en el escroto, en la parte inferior del abdomen. Si inicialmente el dolor acompaña solo al proceso de orinar, luego de un tiempo puede molestar constantemente, incluso en reposo. Además de las manifestaciones de dolor, el paciente presenta una disminución del deseo sexual y un deterioro de la erección.
Es con estos signos de prostatitis bacteriana que el paciente acude a un urólogo especialista. El médico ordena análisis de sangre y orina, y en la mayoría de los casos esto puede ser suficiente. En ausencia de dolor intenso, se puede tomar la secreción prostática para un examen microscópico.
En la forma aguda de la enfermedad, una manifestación característica será un dolor intenso durante un examen digital. Al mismo tiempo, el masaje de próstata no se realiza debido al riesgo de provocar la propagación de la infección.
El urólogo hace un diagnóstico sobre la base de pruebas de laboratorio y quejas de los pacientes. Luego prescribe el tratamiento, que generalmente incluye:
- Terapia antibiótica con fármacos de amplio espectro. Si hay datos sobre la sensibilidad de los microorganismos, es posible seleccionar antibióticos más efectivos para el paciente.
- Los analgésicos se pueden prescribir en forma de tabletas y en forma de óvulos rectales para uso tópico. Con un fuerte síndrome de dolor, a menudo se combinan.
- Antiespasmódicos y medicamentos que mejoran el flujo de orina.
- Preparaciones tópicas destinadas a activar los mecanismos de resistencia. Uno de los más recetados son los preparados con extracto de los tejidos de la glándula prostática, que estimulan la inmunidad y la resistencia local, ya que contienen moléculas organotrópicas biológicamente activas.
Esta lista de medidas terapéuticas, seguidas del cumplimiento de las prescripciones médicas y la prevención, garantizan una recuperación completa.
Inflamación subaguda de la próstata.
La forma subaguda en la etapa inicial no difiere de la aguda. Sin embargo, se forma debido a un tratamiento incompleto o interrumpido. Al mismo tiempo, la vigilancia del paciente se ve adormecida por el hecho de que desaparecen los síntomas más agudos, como la fiebre, que en la mayoría de los casos desaparece por completo. Pero otros síntomas (trastornos disúricos, alteraciones en la esfera íntima, dolor o malestar en la vida cotidiana) permanecen, aunque con manifestaciones mínimas. Poco a poco, el paciente se acostumbra a no prestarles atención.
Un proceso lento constante se convierte gradualmente en uno crónico. Muy a menudo, cualquier debilitamiento del sistema inmunológico conduce a una exacerbación del proceso con el desarrollo del cuadro clínico. El tratamiento de la prostatitis subaguda se basa en:
- Terapia con antibióticos con la determinación obligatoria de la sensibilidad de los microorganismos.
- Analgésicos, y más a menudo con un largo período de acción.
- Antiespasmódicos y medicamentos que mejoran el flujo de orina. En este caso, se necesitan cursos más largos, ya que algunos de los cambios se vuelven difíciles de revertir.
- Preparaciones tópicas con activación de mecanismos de resistencia inmunes y organotrópicos locales. Uno de los más recetados son los preparados que contienen un extracto de tejido prostático.
Es extremadamente importante que la prostatitis subaguda complete el curso del tratamiento y siga concienzudamente todas las recomendaciones necesarias. En este caso, existe la posibilidad de curar la enfermedad y prevenir su transición a una forma crónica, de la que será imposible deshacerse.
prostatitis crónica
Esta forma clínica de la enfermedad puede proceder de diferentes maneras. Con una exacerbación, el cuadro clínico se vuelve similar a una forma aguda de inflamación de la glándula prostática, y fuera de la exacerbación, los síntomas mínimamente pronunciados están constantemente presentes.
Principales signos de prostatitis bacteriana en remisión:
- Trastornos disúricos. En la mayoría de los casos, están representados por una disminución en la velocidad del flujo urinario en forma de un chorro lento y debilitado. No hay sensación de vaciado completo de la vejiga. La necesidad frecuente de orinar en pequeñas porciones, especialmente por la noche, es característica; este síntoma se llama nicturia.
- Violaciones de la esfera íntima. En este caso, hay molestias durante el coito y también se puede observar dolor durante la eyaculación. Un signo importante de la enfermedad es una disminución en la calidad de la erección, así como una disminución en la capacidad de concebir, hasta la infertilidad total.
- Síndrome de dolor crónico. Está constantemente presente, reduciendo la calidad de vida de un hombre y afectando negativamente su actividad y capacidad de trabajo. Al mismo tiempo, factores como la hipotermia, la actividad física y el estrés suelen aumentar el dolor.
Con una exacerbación de una enfermedad crónica, el tratamiento de la prostatitis bacteriana no difiere del tratamiento de las formas agudas o subagudas:
- Terapia con antibióticos con determinación obligatoria de la sensibilidad de los microorganismos que causan inflamación.
- Analgésicos, y más a menudo con un largo período de acción.
- Antiespasmódicos y medicamentos que mejoran el flujo de orina. A menudo, se necesita una ingesta a largo plazo en dosis suficientemente grandes, ya que los cambios existentes son prácticamente irreversibles y permanentes. La tarea principal en este caso es reducir la gravedad de los fenómenos disúricos.
- Medicamentos para la prostatitis bacteriana de acción local con mecanismo organotrópico y organoprotector de resistencia. Uno de los medicamentos más recetados son los productos con un extracto de los tejidos de la glándula prostática.
Prevención adecuada de cualquier forma de prostatitis bacteriana.
Por el momento, los expertos reconocen tres áreas preventivas principales que ayudan a reducir inicialmente el riesgo de la enfermedad y, en sus formas crónicas, a reducir la frecuencia de las agudizaciones y su gravedad. Esto se logra reduciendo la influencia de los factores de riesgo, tales como:
- Estancamiento de la circulación sanguínea en los tejidos de la glándula con actividad sexual irregular;
- Cambio frecuente de parejas durante las relaciones sexuales sin protección;
- Una pausa prolongada en la vida sexual o una actividad sexual excesiva y debilitante;
- Estimulación mecánica brusca de la uretra, especialmente peligrosa por microtraumatización e infección bacteriana directa;
- Hipotermia general y local;
- Baja actividad física y estilo de vida predominantemente sedentario;
- Agotamiento físico, actividad física agotadora;
- Traumatización de los órganos genitales.
Prevención primariadestinadas a prevenir la aparición de enfermedades. Aquí se otorga un papel importante a garantizar la higiene personal e íntima, la normalización de la actividad física y sexual, evitando situaciones de estrés e hipotermia del perineo.
Prevención secundariadirigida a la cura más completa del proceso infeccioso. El mejor resultado es una recuperación completa. Cuanto más correctamente se elija el tratamiento y más responsable sea el hombre de cumplir con las prescripciones del médico, mayor será la probabilidad de una recuperación completa.
Prevención terciariala prostatitis bacteriana es necesaria en situaciones en las que la enfermedad ya ha adquirido una forma crónica. Su objetivo principal es prevenir la aparición de exacerbaciones de la enfermedad.
No siempre todas las medidas preventivas anteriores pueden proporcionar una protección total contra la exacerbación. Recientemente, han aparecido y se han utilizado activamente medicamentos que elevan el nivel de inmunidad local. Esto aumenta la resistencia del tejido prostático. Algunas de las preparaciones son de origen vegetal. Estos actúan debido a los análogos vegetales de los compuestos hormonales. Sin embargo, el grado de efectividad de estos fondos aún se está investigando y no se ha probado completamente.
Las preparaciones basadas en extractos de tejidos de animales tienen una base de evidencia más sustancial. Compuestos orgánicos totalmente aptos para el cuerpo humano. Entre ellos, los más comúnmente prescritos son ovulos y ampollas de extracto de tejido prostático bovino. Tienen un nivel probado de eficacia clínica en la reducción de los riesgos de efectos negativos sobre la próstata. Al usar estos fondos, hay un aumento en las reservas protectoras de la propia glándula. Además, aumenta la resistencia y la próstata recibe las moléculas biológicamente activas necesarias. De esta forma, se consigue el refuerzo en el "punto de mínima resistencia".